Se da el nombre de espiritismo al principio de relación que existe entre nuestro mundo material y el “Más Allá” y está al alcance de todos.
A través de lo que se conoce como “mediunidades”, que no es otra cosa que un sexto sentido, muchas veces atribuido a la mujer, al instinto animal o a la intuición, pero que es patrimonio de todos los seres humanos. Este proceso es descrito por muchos artistas, particularmente plasmado en la poesía “Mediunidad” de Amado Nervo (1870-1919).
Luego de la intuición, utilizada en grado sumo por todos aquellos que, aparte de su diario quehacer, practican las distintas actividades que el arte facilita, se encuentra la mediumnidad parlante, que es la que permite, en quien la tiene desarrollada, la “materialización” de un espíritu. Este transmite su pensamiento al médium, el cual, usando su propio vocabulario, conjuga el pensamiento y lo da a conocer. Luego, en menor posibilidad, está la mediumnidad vidente, que determina en quien la posee la facultad de “ver” al espíritu materializado en el médium parlante y facilita su descripción para definir si es un espíritu del bien o del error, según la luminosidad espiritual que lo rodea. Podemos citar, además, la mediumnidad oyente, muy poco lograda, teniendo en cuenta que quienes la poseen, si no conocen en profundidad el espiritismo y sus mediumnidades, o bien no son poseedores de un extraordinario equilibrio psicológico, pueden pensar que están perdiendo la razón por la cual oyen voces que les sugieren distintas inclinaciones, ignorando su procedencia espiritual. Esta mediumnidad la desarrolló Juana de Arco, mediante la cual condujo a Francia a la victoria. Luego, los defectos, egoísmos y pasiones de los hombres la condujeron a la hoguera. Hay innumerables casos de expresiones mediúmnicas que no han tomado estado público o son tomadas como alteraciones mentales. Debido a que el estudio del espiritismo estuvo siempre limitado por la ignorancia popular, por los aprovechados, los embaucadores, curanderos, adivinos, etc., que utilizaron esto como una pantalla para beneficio propio, muchas personas piensan que el espiritismo es un engaño o algo malintencionado.
Se resume como una doctrina regida por los principios de la ciencia y la razón. Se alcanza la comprensión de Dios como creador de todos los espíritus, encarnados y no encarnados. Se analiza nuestro sufrimiento como consecuencia de nuestra desviación de las leyes de Dios y la necesidad de evolucionar, por “ley”, para retornar a nuestro estado natural, que es la perfección. La doctrina da a conocer para qué estamos en este mundo, a dónde vamos después de la muerte y cuán importante es la comprensión de nuestra conciencia. También nos muestra qué responsabilidades tenemos para con nuestros pares, a quienes llamamos “hermanos”. No es una religión, pues no hay dogmas de fe, y no es una actividad esotérica, ya que este conocimiento se divulga libremente para el conocimiento de todos, sujeto al análisis, la comprobación y el entendimiento.
Si el espiritismo planteara solo los problemas, no podría ser enseñanza ni ciencia. Un hecho fundamental que revela su verdadera autenticidad es que da a conocer el destino y cómo puede modificarse, positiva o negativamente, en base a nuestro propio accionar. Así, nuestro tránsito material estará acompañado o reñido con nuestra propia conciencia, juez implacable e imparcial que determina nuestra futura evolución espiritual.
Este conocimiento proviene desde hace mucho tiempo atrás. Cinco siglos antes que Jesús impartiera estos conocimientos en la tierra, ya el conocido Pitágoras ( por mencionar solo alguno) sostenía como única base para la solución de los intrincados problemas del destino la metempsicosis o palenginesia y que hoy se conoce como Ley de la Reencarnación. Significa que todo ser que llega a esta vida material es portador de un déficit moral ante la justicia de Dios. El ser humano encarna para saldar deudas de anteriores vidas, siendo esta la causa del permanente enfrentamiento con su destino. Todo el UNIVERSO MATERIAL es producto de la desviación y es nuestra misión redimirnos y ayudar a redimir, a través de buenas acciones, honestidad, autenticidad, comprensión y mas avanzados ya AMOR , vibración que alcanza a los planos superiores y clave para lograr cumplir nuestra misión individual. El proceder erróneo hace que nuestras actitudes causen sufrimiento y este por resonancia que se expanda hacia todas las latitudes transformadas en intolerancia e incomprensión que tanto duelen y mortifican. Esto a su vez nos permite conocer que la palabra destino no es empleada correctamente si se tiene en cuenta que ella significa “El encadenamiento de los hechos que se consideran necesarios y fatales”. Reparación para nuestro entender es una expresión mas adecuada , ya que da idea de una tarea que involucra una comprensión y una voluntad en el mismo individuo que es responsabilidad de cada uno y no un designio insalvable.
En un principio, todos fuimos creados por Dios y dotados de atributos como inteligencia, amor y libertad. El alejamiento de la perfección surge del uso de esta libertad para vibrar fuera de las leyes divinas. Así, el universo que conocemos se forma por la condensación de espíritus y fragmentos de estos, producto de enfrentamientos en los que todos hemos sido partícipes. Sin embargo, nuestro Creador nos da la oportunidad de redimirnos para volver a nuestro estado inicial. De este modo, nuestro mundo convive con un mundo espiritual en constante evolución, aunque con distintas fracciones del error que, al agruparse, se oponen a las leyes de la evolución. Mientras los encarnados intentamos cumplir nuestra misión dentro de nuestras posibilidades, un mundo espiritual equivocado nos presiona intuitivamente para que abandonemos o nos desviemos de nuestro camino. Asimismo, existen los espíritus del bien, quienes nos ayudan a cumplir con nuestra reparación.